Vosotros que ganasteis la guerra
y la democracia. Vosotros que copáis los hemiciclos de las vergüenzas. Vosotros,
sanguijuelas de diputaciones, garrapatas de autonomías y estatuas del museo de
cera del Senado. Vosotros, abusones de poder sedientos de sangre y abusones de
sangre sedientos de poder. Vosotros, adalides del pragmatismo chapucero y
enemigos íntimos de la utopía. Vosotros, abanderados de la hipocresía que
guardáis con vehemencia un extenso arsenal de enlomados puñales con mango de oro y hojas de acero
inoxidable oxidadas. Vosotros, comerciales de ideas, explotadores de confianzas
y prepotentes de lo absoluto. Vosotros, interioristas de palabras cuya forma
maquilláis cual puta y cuyo fondo pervertís cual putero. Vosotros,
telepredicadores del ejemplo, sacerdotes de la falsa moral, patriotas de la
falsa moneda. Vosotros, trocadores de la ética por lo legal y de las promesas
por mentiras. Vosotros, ladrones comunitarios y crueles asesinos de la ilusión.
Vosotros, esclavos de la corrupción, funámbulos de la justicia y orgullosos
abonados del perdón y del indulto. Vosotros, habilidosos púgiles que esquivan
los duros golpes dimisionarios. Vosotros, señores tenebrosos de la opacidad,
mortífagos de decisiones, malhechores de la transparencia. Vosotros y los
vuestros.
Los
vuestros que copan los semicírculos de las encuestas y los resultados. Los
vuestros, empedernidos consumidores irresponsables, activa militancia indignada
de inactiva indignación, cómplices del expolio popular y de las pérdidas
socializadas. Los vuestros, fanáticos electorales indiferentes al delito. Los
vuestros, supervivientes de la estabilidad y amantes de la comodidad. Los
vuestros, admirados mudos del ejecutivo, temerosos del cambio, alarmistas de la
revolución. Vosotros, los vuestros y lo vuestro.
Vuestro
es el sistema. Vuestro es el dinero. Vuestra es la patria, la nación y el país.
Vuestra es la democracia y el gobierno, la mayoría simple y absoluta, la ley y
el orden, las caretas y los uniformes, los consejos y las asambleas, las
secretarías generales y los patios particulares. Vuestro es el circo mediático,
las televisiones y los periódicos, las tertulias y los artículos de opinión,
las verdades a medias y las mentiras a trozos, los focos de atención y los
faquires que de puntilla pasan sobre las brasas de vuestra hoguera. Vuestra es
la dirección del dedo que apunta, vuestro es el puesto de asesor, vuestra es la
peoná que entra por la urna y la dignidad que pasa por el aro. Vuestro es el
hambre en el que otros mandan. Vuestros son los beneficios del eterno combate
que nunca lucháis y que, por lo tanto, nunca perdéis. Vuestra es la culpa.
Vuestro es el pasado y el presente. Nuestro es el futuro, la ilusión y la
esperanza. Nuestro, de los nuestros y de nosotros.
Violadores del Verso - ¿Qué te importan todos los demás?
Feliz domingo.
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