(del 29 de abril al 5 de mayo)
Nacieron para ser superestrellas del rap, reyes del rock y del heavy metal, dueños del mundo. Tenían
la pose, el estilo y los skillz
necesarios para alcanzar la cima del rap y disfrutar de la vida loca con ladies y champagne y, tras duros años de
esfuerzo y un tortuoso camino de obstáculos, por fin lo consiguieron y
alcanzaron el poder.
Ahora están arriba y
llevarán a cabo su gran
plan aunque ello les lleve al sacrificio de entrar en la
dura batalla del yo contra
todos. El eterno beef
con la costa socialista rival es lo que menos le preocupa a esta peligrosa banda
rapepera que, actualmente entre bullshits and parties,
disfrutan de todo el pastel.
Por eso pasan de la rabia del pueblo y viven
sin careta ni disfraz sabiendo que son el PP y el Partido Popular ain't nuthing
ta fuck wit. Por eso unos se codean con grandes narcotraficantes, antiguos
colegas del hood, y
otros viven la real thug
life y se meten toda la
noche in da club
para después conducir por
Madrid puestos hasta el culo de alcohol. Por eso Lil Cospedal, la gran
vacilona rapepera, saca a relucir su flow del 15 para escupir palabras
diciendo que para representar
de verdad hay que entrar en
el juego, cobardes.
Por eso Old Dirty Gallardón, católico, apostólico y practicante de los que van a la iglesia,
desobedece su propia doctrina y, rechazando que solo dios pueda juzgar, convierte
los pecados de los creyentes en delitos para los no creyentes. Por eso Mc Wert,
el hombre que cada vez
que puede saca a relucir su
miembro viril, tiene a la Cultura asfixiada en la bañera y a la Educación
amordazada en la cocina. Por eso Ice Montoro, el pimp económico, dispara amenazas en el
Congreso con su 7 milímetros cargada de delitos fiscales. Y, por eso, el
auténtico boss, Big Poppa Rajoy nos dice,
desde un caro y extraplano plasma, que todas estas dolorosas medidas no son
nada personal, son strictly
business y que tranquilos que todo va bien.
Así está el panorama mainstream straight outta barrio de
Salamanca y, aunque todo
el mundo lo sabe y todo va de mal en peor, esos puercos siguen con su fiesta
ignorando el código de las
calles. Ahora es nuestro momento de la verdad,
ahora es cuando desde el más puro y virgen underground tenemos que
recuperar el verdadero mensaje
de esta cultura: tenemos que combatir al poder para
recuperar el poder. Es
hora de golpearles y demostrar
que aunque crean que el hip
hop está muerto, el
hip hop vive. Hay que rescatar al rap del secuestro que
sufre por parte de las grandes discográficas que solo quieren más dinero y devolverlo al
lugar a donde pertenece de corazón:
a la calle. Unámonos para volver a
creer en nuestra propia quimera
y, aunque nos digan y nos repitan que somos unos locos, volver a votar para presidente
a Eric B.
Feliz domingo.
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